- Debe respetar la anatomía del pie, su longitud y anchura en todos los niveles
(tobillo, empeine, dedos...)
- Vestir el pie sin deformar la marcha.
- Asegurar el equilibrio estático y dinámico.
- Respetar las modificaciones del volumen del pie en carga.
- Respetar la circulación arterial y venosa.
- El calzado debe adaptarse al pie y no el pie al zapato.
- A la hora de su compra se deben tener en cuenta sus tres medidas: largo, ancho y alto, pues nuestros pies son tridimensionales y muy diferentes unos de los otros.
- Deben ser comprados después de caminar, cuando el pie esté tonificado por el propio ejercicio de la marcha, preferiblemente a última hora de la tarde.
- Se debe usar un calzado para cada actividad. Se mide por tallas del calzado. La longitud debe ser la suficiente para permitir a los dedos estar estirados y tener espacio para moverlos durante la marcha
- Debe revisarse antes de usarse en busca de cuerpos extra. La anchura del calzado de respetar el perímetro del pie a nivel de las articulaciones metatarsofalángicas (articulaciones de los dedos con la planta del pie). sobre todo en diabéticos con la sensibilidad alterada o disminuida.
- Debe usarse con calcetines para disminuir el roce con la piel.
- Cuando es nuevo no debe usarse prolongadamente, para evitar lesiones o rozaduras, pues el pie debe adaptarse a él. Usarlo por cortos períodos de tiempo, hasta la adaptación.
- Debe guardarse en lugares claros y ventilados, después de usarlos en el día dejarlos ventilarse antes de guardarlos, para evitar la instalación de microorganismos patógenos como hongos y bacterias.